sábado, 27 de octubre de 2012

Giardiasis (I parte)

Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 52 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 27 de octubre  de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.

Giardia lamblia
Se puede definir como una infestación por protozoarios que ataca principalmente la porción superior del intestino delgado, producida por Giardia lamblia (G. intestinalis, G. duodenalis) que suele ser asintomática, pero que puede también ocasionar diversos síntomas intestinales.
Giardia lamblia, fue el primer parásito microscópico demostrado en la especie humana, descubierto por Leewenhoeck al parecer cuando observaba con el microscopio una muestra de sus heces fecales.  No fue hasta 1882 que Kunster creó el nombre genérico de Giardia para designar el protozoo flagelado que observó en el intestino de batracios.  En 1888 Blanchard había sugerido que el parasito fuera denominado Lamblia para honrar a Lamb, investigador checo que lo redescubrió 200 años después de Leewenhoeck.  En 1915, atendiendo al criterio de prioridad, Stiles propuso la unificación de la terminología con la designación binomial de Giardia lamblia.
Tiene una distribución Mundial, la infestación es más frecuente en los niños que en los adultos.  La prevalencia es mayor en las zonas con mal saneamiento y en instituciones con niños que aún no controlan sus esfínteres (guarderías).  Suele ser consecuencia del consumo de aguas no filtradas de fuentes superficiales o pozos pocos profundos, de nadar en masas de agua dulce, y del hecho que un niño menor de la familia concurra a una guardería.  Se han observado grandes brotes en la comunidad por beber agua tratada pero no filtrada.  Otros brotes menores han sido consecuencia de la ingestión de alimentos contaminados, de la transmisión de una persona a otra en guarderías infantiles, y de la exposición a aguas contaminadas de sitios de recreo, tales como las albercas y chapoteaderos.  El ser humano es el reservorio y posiblemente el castor y otros animales salvajes y domésticos.
La transmisión de una persona a otra se produce por transferencia de los quistes de las heces de un individuo infestado por el mecanismo mano-boca, especialmente en instituciones y guarderías infantiles.  Esta puede ser la principal forma de transmisión.  El coito anal también facilita la transmisión.  Los brotes localizados a veces surgen por ingestión de quistes en el agua potable, y en menor frecuencia, en alimentos contaminados con ella.  Las concentraciones de cloro utilizadas para el tratamiento común del agua no destruyen los quistes de Giardia, especialmente si el agua es fría.  El agua no filtrada de corrientes o de lagos expuesto a la contaminación por heces humanas y de animales constituye una fuente común de infestación.
Su período de incubación puede ser de 3 a 25 días, mientras que su período de transmisibilidad es todo el período que dure la infestación (varios meses).  Existe una elevada taza de portadores asintomáticos y la infección suele autolimitarse.  En los enfermos de SIDA la infección suele ser más grave y duradera.

Continuará…

sábado, 20 de octubre de 2012

Amibiasis (III parte)


Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 51 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 20 de octubre  de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.


Ingesta de agua de dudosa procedencia
En la entrega anterior describimos su forma de invasión dentro del organismo y su cuadro clínico correspondiente, en esta detallaremos los métodos para su diagnóstico, las medidas preventivas y su pronóstico.
El diagnóstico se realiza por la demostración microscópica del trofozoito o quistes en muestras de heces recién obtenidas o conservadas de forma apropiada, frotis de aspirados o raspados obtenidos por proctoscopia (inspección del recto), aspirados de abscesos o cortes de tejidos.  Relativo al diagnóstico de amibiasis extraintestinal, se cuenta con diversas pruebas serológicas, en particular, la inmunodifusión por inhibición de la hemaglutinación (IHA) y la prueba de inmunoadsorción con enzimas (ELISA).  La gammagrafía, la ultrasonografía, la tomografía axial computarizada (TAC) son útiles para reconocer y localizar los abscesos hepáticos amibianos y toman mayor importancia diagnóstica cuando las pruebas serológicas son positivas a E. histolytica.
Entre las medidas preventivas contamos con la educación de la población en general en materia de higiene personal, divulgación de  datos respecto a los riesgos de consumir verduras y frutas crudas o sucias y beber agua de procedencia dudosa, eliminación de las heces humanas en forma sanitaria, protección de los abastecimientos públicos de agua potable de la contaminación por heces, filtración de agua en lechos de arena o filtros de tierra de diatomeas para eliminar los quistes, potabilizar aguas de procedencia dudosa por ebullición (hervir) durante un minuto, tratar a los portadores identificados y recalcarles la importancia del lavado de manos después de defecar, educar a los grupos de altos riesgos para que eviten prácticas sexuales que pudieran permitir la transmisión fecal-oral, adecuado control de manipuladores de alimento, al igual que los sitios de expendio, lavar las frutas y verduras perfectamente con agua potable y conservarlas secas.
A un paciente el cual se le haya diagnosticado amibiasis, es importante un adecuado manejo de las heces, la ropa personal y cama contaminada.  Se debe excluir a las personas infestadas con E. histolytica de actividades que atañen manipulación de alimentos, cuidado de personas hospitalizadas e internadas en diversas instituciones.  Cuando haya completado su tratamiento (quimioterapia antiparasitaria) podrá autorizárseles la reanudación en sus delicadas labores.  Es importante la eliminación sanitaria de las heces e investigar a los integrantes del grupo familiar y otros contactos sospechosos mediante el estudio microscópico de las heces.
El pronóstico generalmente es bueno con tratamiento. Por lo general, la enfermedad dura alrededor de 2 semanas, pero puede reaparecer si no se administra tratamiento.
Al viajar a países tropicales donde las condiciones sanitarias son inadecuadas, tome agua purificada o hervida y no coma verduras crudas ni frutas sin pelar.


sábado, 13 de octubre de 2012

Amibiasis (II parte)


Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 50 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 13 de octubre  de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.


Dolor Abdominal
En la primera entrega definí la enfermedad, señalé el agente infestante, redacté un breve marco histórico, indiqué su distribución, número de población estimada afectada, así como la mortalidad reportada, reservorio, forma  y período de transmisibilidad, y los factores de riesgos más importantes.
Una vez que se adquiere la infestación, los quistes pasan al estómago en donde la acción del jugo gástrico empieza a actuar sobre ellos, pasan al intestino delgado en donde se abren para dejar salir un trofozoíto de ocho núcleos, que rápidamente se divide y da lugar a ocho trofozoitos pequeños, los cuales son llevados con el contenido intestinal al ciego en donde pueden establecerse o ser arrastrados hacia el exterior junto con la materia fecal.  Si las condiciones son óptimas para la amiba, se establecen en el epitelio intestinal e inician su proceso de división.  Las cepas que tengan la capacidad de invadir atacan primero el moco intestinal y posteriormente la mucosa intestinal, continuando su multiplicación y por ende aumentan su número; continúan su invasión hacia el resto de las capas de la pared intestinal que al perforarla produce cuadro de peritonitis (inflamación de la membrana serosa que tapiza las paredes abdominales y superficie inferior del diafragma,  así como la cubierta completa o parcial para algunos órganos).  A través de vasos sanguíneos y linfáticos, los trofozoitos se diseminan hacia otros sitios produciendo la amibiasis extraintestinal.  El segundo sitio de predilección de las amibas es el hígado y en particular el lóbulo derecho.  A partir del hígado y por vía hematógena se puede diseminar a cualquier parte del organismo, asimismo las rupturas de los abscesos hará que se propaguen las amibas a distintos sitios dependiendo de la localización de aquel y hacía donde se abra (pared costal derecha, pulmones o corazón).
Casi todas las infecciones son asintomáticas, pero pueden adquirir importancia clínica al manifestarse en alguna circunstancia.  Se puede clasificar a la amibiasis en intestinal y extraintestinal.  La amibiasis intestinal varía desde una disentería aguda y fulminante, hasta un malestar abdominal leve con diarrea que tiene sangre y moco, que alterna con período de estreñimiento o remisión.  La amibiasis intestinal aguda es una de las formas clínicas que se observa con mayor frecuencia, se caracteriza por la presencia de evacuaciones diarreicas, posteriormente puede evolucionar a síndrome disenteriforme caracterizado por evacuaciones mucosanguinolentas acompañadas de pujo (dolor abdominal acompañado de falsa necesidad de evacuar el vientre con sensación de calor y escozor en la región anal) y tenesmo (deseo continuo, doloroso e ineficaz de defecar) en todos los casos, dolor abdominal que se exacerba (aumenta) con la palpación, disentería fulminante, pérdida de peso, deshidratación, astenia (falta o pérdida de la fuerza), etc.  Relativo al cuadro clínico de la amibiasis extraintestinal tenemos la amebiasis hepática, que es un síndrome caracterizado por crecimiento del hígado, abscesos, fiebre elevada, dolor en región costal inferior derecha; y la amibiasis mucocutanea cuyas lesiones se caracterizan por ser de rápido crecimiento, muy dolorosas, de bordes levantados y bien definido, secreción serosanguinolentas (que contiene sangre y suero) y un halo eritematoso (rojo) de aproximadamente 1.0 centímetro de ancho alrededor de la lesión.  Cuando las amibas se establecen e invaden otros órganos producirán cuadros con signos y síntomas no característicos que hacen muy difícil el diagnóstico clínico de este padecimiento en estas condiciones.

Continuará…


sábado, 6 de octubre de 2012

Amibiasis (I parte)


Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 49 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 6 de octubre  de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.


Entamoeba histolytica
Conocida también como amebiasis o disentería amebiana.  Es una infestación debida a un parasito protozoo (orden inferior del reino animal, compuestos de organismo de una sola célula) que se presenta en 2 formas: quiste infestante y resistente, y trofozoito más frágil que puede ser patógeno.  El parasito puede actuar como comensal o invadir tejidos, dando así origen a la forma intestinal o extraintestinal de la enfermedad.
El agente infestante es la Entamoeba histolytica. Hay que diferenciarla de la Entamoeba dispar, que pese a ser morfológicamente idénticas, esta última no es patógena (productor o causante de enfermedad).  Casi todos los individuos asintomáticos que expulsan quistes en las heces tienen cepas de E. dispar.  E. histolytica se presenta en la naturaleza en tres estadios morfológicos principales: el trofozoito (forma móvil), el prequiste y quiste (estos dos últimos inmóviles).
La  E. histolytica fue descubierta en el año 1875 por Lösch en Leningrado (antiguamente San Petersburgo), Rusia.  Este investigador encontró los trofozoítos del parasito en las materias fecales de un enfermo de disentería, asimismo en las úlceras del colon a la autopsia del paciente.  Los trabajos de Kartulis (1886) de Hlava (1887) y Concilman (1891), dieron las pruebas que dicha ameba es el agente causal de disentería y absceso hepático.  Schaudin (1903) dio el nombre a la amiba como Entamoeba histolytica, hizo la diferenciación entre esta y E. coli.
La amibiasis tiene una distribución mundial, sus tasas son más altas en zonas con saneamiento deficiente (como alguna parte de los trópicos), en instituciones para enfermos mentales, y entre homosexuales con comportamiento promiscuo.  Esta condición se produce en todo el mundo, pero es más común en áreas tropicales donde hay condiciones de hacinamiento y malas condiciones sanitarias.  África, México, partes de Suramérica e India tienen problemas de salud significativos asociados con esta enfermedad.   Se estima que 50 millones de personas pueden estar infestadas en todo el mundo y aproximadamente 70,000 personas mueren al año.  En zonas con buen saneamiento, las infestaciones amibianas tienden a concentrarse en focos familiares y en instituciones.
El incidente más dramático en los Estados Unidos de Norteamérica fue la Feria Mundial de Chicago en 1933, brote causado por el agua potable contaminada por una plomería defectuosa  que permitía el paso de aguas residuales.  Hubo 1.000 casos (con 58 muertes).  En 1998 se produjo un brote de amibiasis en la República de Georgia. Entre el 26 de mayo y 3 de septiembre de 1998, 177 casos fueron reportados, incluyendo 71 casos de amibiasis intestinal y 106 casos probables de absceso hepático.
El reservorio es el ser humano; comúnmente un individuo con enfermedad crónica, o una persona sin síntomas que expulsa quistes al defecar.  Su transmisión se da por la ingestión de alimentos o de agua contaminados por heces que contengan quistes amibianos.  Puede  producirse transmisión sexual por contactos oral-anal.  Su período de transmisibilidad puede durar años comprendiendo el lapso que se expulsan los quistes de E. histolytica.  Toda persona puede ser susceptible a la infestación.
Los factores de riesgo para la amebiasis severa abarcan: Alcoholismo, cáncer, desnutrición, edad mayor o menor, embarazo, viaje reciente a una región tropical y el uso de corticosteroides para suprimir el sistema inmune.  En los Estados Unidos, la amebiasis es más común entre las personas que viven en instituciones y personas que tienen relaciones sexuales anales.

Continuará…