viernes, 21 de diciembre de 2012

Paludismo


Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 60 y 61 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, viernes 21 y 28 de diciembre de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.


Es una parasitosis caracterizada por episodios febriles típicos, precedidos por calosfríos intensos que terminan con sudores, producida por un parasito infestante.  Es conocido con los nombres de malaria, fiebre intermitente, fiebre de los pantanos, fiebre palustre, etc.
Es una de las enfermedades que ha padecido el hombre desde las fechas más remotas, encontrándose citada en documentos literarios antiguos  de la escritura china y los papiros egipcios.  La Roma antigua realizó las descripciones más completas a través de sus escritores Marcos Terrencio Varron y Columela, quienes asociaron la propagación del paludismo con la existencia del mosquito en el siglo I a.C.  En 1631 Juan de Vega utilizó la infusión de la corteza de la quina para tratar y curar la malaria.  En 1880, Laveran descubrió el agente causal del paludismo.  En 1897 Ross, descubrió el transmisor del paludismo, el díptero (insecto) Anopheles.
Plasmodium vivax
El paludismo es causado por parásitos del género Plasmodium que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembras infestados del género Anopheles, los llamados vectores (transmisores) del paludismo, que pican sobre todo entre el anochecer y el amanecer.
Hay cuatro tipos de paludismo humano:
  1. Por Plasmodium falciparum;
  2. Por Plasmodium vivax;
  3. Por Plasmodium malariae;
  4. Por Plasmodium ovale.

Los más frecuentes son el paludismo por P. falciparum y por P. vivax, y el más mortal el paludismo por P. falciparum.
En los últimos años también ha habido algunos casos humanos por P. knowlesi, un parásito del mono que aparece en zonas boscosas de Asia Sudoriental.
Según el Informe mundial sobre el paludismo 2011, en 2010 hubo 216 millones de casos y se produjeron unas 655 000 defunciones.  La mayoría de los fallecimientos fueron de niños que vivían en África, donde cada minuto muere un niño de paludismo, y la enfermedad es responsable de un 22% de las muertes infantiles.
Anopheles
El parásito pasa a la hembra de Anopheles cuando, para obtener la sangre que necesita para alimentar a sus huevos, el mosquito pica a una persona infectada.   El parásito se desarrolla y reproduce en el interior del mosquito, y cuando éste pica a otra persona, pasa mezclado con saliva a la sangre de la persona que ha sufrido la picadura.  El parásito del paludismo se multiplica rápidamente, primero en el hígado y luego en los glóbulos rojos de la persona afectada.  Una o dos semanas después de sufrir la infestación, aparecen los primeros síntomas del paludismo: en general fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y vómitos.  Si no se trata de inmediato con los medicamentos adecuados, el paludismo puede causar la muerte por destrucción de los glóbulos rojos y obstrucción de los capilares que llevan sangre al cerebro y otros órganos vitales.
La intensidad de la transmisión depende de factores relacionados con el parásito, el vector, el huésped humano, que es el más importante reservorio, y el medio ambiente.
Estos mosquitos se crían en agua dulce de poca profundidad (charcos, campos de arroz o huellas de animales).  La transmisión es más intensa en lugares donde los vectores tienen una vida relativamente larga que permite que el parásito tenga tiempo para completar su desarrollo en el interior del mosquito, y cuando el vector prefiere picar al ser humano antes que a otros animales.
El paludismo es una enfermedad febril aguda.  Los síntomas aparecen a los 7 días o más (generalmente entre los 10 y los 15 días) de la picadura del mosquito infestivo.  Si no se trata en las primeras 24 horas, el paludismo por P. falciparum puede agravarse, llevando a menudo a la muerte.  Los niños de zonas endémicas con enfermedad grave suelen manifestar una o más de las siguientes presentaciones: anemia grave, sufrimiento respiratorio relacionado con aumento de ácidos en los líquidos de la sangre o paludismo cerebral.  En el adulto también es frecuente la afectación  de diferentes órganos.  En las zonas donde el paludismo es  propio de la zona, las personas pueden adquirir una inmunidad parcial, lo que posibilita la aparición de infecciones sin síntomas.
En los casos de paludismo por P. vivax o P. ovale pueden producirse recaídas clínicas semanas o meses después de la infestación inicial, aunque el paciente haya abandonado la zona palúdica.  Estos nuevos episodios se deben a presencia de formas hepáticas "durmientes" del parásito (inexistentes en el caso de P. falciparum y P. malariae), y para lograr la curación completa es obligatorio un tratamiento especial dirigido contra esas formas hepáticas.
Prueba de Gota Gruesa
La confirmación del diagnóstico se hace por la demostración del parasito de paludismo en frotis de sangre y la gota gruesa sanguínea.
La lucha antivectorial es el medio principal de reducir la transmisión del paludismo en la comunidad.  Se trata de la única intervención que puede reducir la transmisión de niveles muy elevados a niveles cercanos a cero.  A nivel individual, la protección personal contra las picaduras de los mosquitos es la primera línea de defensa en la prevención del paludismo.
Hay dos formas de control de los vectores que son eficaces en circunstancias muy diversas:
Dormir bajo mosquitero
  1. Los mosquiteros tratados con insecticidas de acción prolongada son los preferidos en los programas de distribución de salud pública.  La OMS recomienda la cobertura de todas las personas en riesgo; y en la mayoría de los lugares, es la forma más rentable de conseguirlo, de modo que todos los residentes en zonas con gran transmisión duerman cada noche bajo esos mosquiteros.
  2. La fumigación de interiores con estos insecticidas es la forma más potente de reducir rápidamente la transmisión del paludismo.  Los mejores resultados se consiguen cuando se fumiga al menos el 80% de las viviendas de la zona en cuestión.  La fumigación de interiores es eficaz durante tres a seis meses, dependiendo del insecticida utilizado y del tipo de superficie sobre la que se aplica. En algunos casos, el DDT puede ser eficaz durante nueve a 12 meses.  Se están desarrollando insecticidas con acción residual más prolongada para la fumigación de interiores.

En la prevención del paludismo también se pueden utilizar medicamentos.  En el caso de los viajeros, la enfermedad puede prevenirse mediante  la administración de medicamentos conocidos como quimioprofiláctico, que suprime el estadio hemático de la infección palúdica.  La OMS recomienda un tratamiento preventivo intermitente con sulfadoxina-pirimetamina para las embarazadas que viven en zonas de alta transmisión, durante el segundo y el tercer trimestre.  Asimismo, para los lactantes que viven en zonas de alta transmisión en África se recomienda ese mismo tratamiento en tres dosis, que se administran en el curso de las vacunaciones sistemáticas.
La OMS recomienda que antes de administrar el tratamiento se confirme el diagnóstico con métodos parasitológicos (ya sean pruebas de microscopía o de diagnóstico rápido), cuyos resultados pueden obtenerse en escasos minutos. El tratamiento basado únicamente en la sintomatología debe reservarse para aquellos casos en los que no sea posible el diagnóstico parasitológico.


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