sábado, 30 de junio de 2012

Dengue (IV parte)

Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 35 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 30 de junio de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G

Eliminar los criaderos.
La sección pasada concluí con los modos de transmisión del mosquito, resumí las características del vector, el cuadro clínico del paciente con dengue  y  formas de diagnosticarlo.  Esta semana concluyo con el manejo médico del paciente y las formas de prevenir esta enfermedad.
 No hay tratamiento específico para el dengue.  En caso de dengue grave, la asistencia prestada por médicos y enfermeras que tienen experiencia con los efectos y la evolución de la enfermedad puede salvar vidas y reducir las tasas de mortalidad de más del 20% a menos del 1%.  Es decisivo mantener el volumen de los líquidos corporales manteniendo al paciente hidratado.  No se recomienda la utilización de ácido acetilsalicílico (por ejemplo aspirina) o antinflamatorios no esteroideos (por ejemplo ibuprofeno).
No hay vacuna que proteja contra el dengue.  Ha sido difícil obtener una vacuna contra el dengue, pero en fecha reciente se han logrado algunos adelantos con el apoyo de la OMS.
Hoy por hoy, el único método para controlar o prevenir la transmisión del virus del dengue consiste en luchar contra los mosquitos vectores:
  • Evitar que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevecillos aplicando el ordenamiento y la modificación del medio ambiente
  • Eliminar correctamente los desechos sólidos y los posibles hábitats artificiales
  • Cubrir, vaciar y limpiar cada semana los recipientes donde se almacena agua para uso doméstico
  • Aplicar insecticidas adecuados a los recipientes en que se almacena agua a la intemperie
  • Utilizar protección personal en el hogar, como mosquiteros en las ventanas, usar ropa de manga larga, materiales tratados con insecticidas, espirales y vaporizadores
  • Mejorar la participación y movilización comunitarias para lograr el control constante del vector
  • Durante los brotes epidémicos, las medidas de lucha antivectorial de emergencia pueden incluir la aplicación de insecticidas mediante el rociamiento.

Se debe vigilar activamente los vectores para determinar la eficacia de las medidas de control.  La fumigación sólo elimina al mosquito adulto y los larvicidas se aplican en criaderos de difícil control, lo que demuestro que esto es un apoyo transitorio para el control del dengue,  pues una nueva camada de mosquitos salen de sus criaderos; demostrándonos que la eliminación de los mismos es de vital importancia para el control de esta enfermedad, así como el soporte más efectivo para el control de la epidemia y por ende la verdadera economía en salud pública.  Tan sencillo como salir al patio, que debe estar limpio, a buscar objetos que puedan almacenar agua; desde un simple platillo de refresco hasta un gran recipiente de almacenaje de agua expuesto al aire libre (recordar que el mosquito necesita agua en su ciclo de crecimiento, desarrollo y maduración).  Inclusive, les puede avisar a sus vecinos sobre la presencia de criaderos en sus patios, contribuyendo de esta forma, a ser un agente promotor en la educación preventiva de esta enfermedad en su comunidad.  Dentro de las casas no se recomienda tener recipiente con agua estancada, ya sea para plantas ornamentales, prácticas religiosas, mascotas (como especímenes pequeños de tortuga y las peceras, aunque tengan un adecuado sistema de aeración y filtros de agua, deben estar tapadas), etc.
Como aprecian, el dengue es una enfermedad con altos niveles de prevención, sólo con un poco de actitud, solidaridad y conciencia podremos controlar una enfermedad que nos puede hacer pasar un mal rato o posiblemente limitar nuestra existencia.

sábado, 23 de junio de 2012

Dengue (III parte)


Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 34 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 23 de junio de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G


La semana pasada presenté un resumen de los reportes epidemiológicos nacionales del 2009, además de mencionar las características del virus y los reservorios (hombre y mosquito), e iniciamos con los modos de transmisión; el cual concluiremos.  Continuaremos con las características del vector, el cuadro clínico del paciente con dengue y la forma de diagnosticarlo.
Aedes albopictus, vector secundario del dengue en Asia, se ha propagado al Canadá, los Estados Unidos y Europa debido al comercio internacional de neumáticos usados (que proporcionan criaderos al mosquito) y el movimiento de mercancías (por ejemplo, el bambú de la suerte).  Ae. albopictus tiene una gran capacidad de adaptación y gracias a ello puede sobrevivir en las temperaturas más frías de Europa.  Su tolerancia a las temperaturas bajo cero, su capacidad de hibernación y su habilidad para guarecerse (refugiarse en alguna parte para librarse de un daño o peligro, o de las inclemencias del tiempo) en microhábitats (pequeñas zonas) son factores que propician su propagación.
El dengue es una enfermedad de tipo gripal (enfermedad epidémica aguda, acompañada de fiebre y con manifestaciones variadas, especialmente catarrales) que afecta a bebés, niños pequeños y adultos, pero raras veces resulta mortal.  Se debe sospechar que una persona padece dengue cuando una fiebre elevada (40 °C) se acompaña de dos de los síntomas siguientes: dolor de cabeza muy intenso, dolor detrás de los globos oculares, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o petequias (pequeña mancha en la piel formada por la efusión de sangre, que no desaparece por la presión del dedo).  Los síntomas se presentan al cabo de un periodo de incubación de 4 a 10 días después de la picadura de un mosquito infectado y por lo común duran entre 2 y 7 días.
El dengue grave es una complicación potencialmente mortal porque cursa con extravasación (salida de un líquido del vaso que lo contiene) de plasma, acumulación de líquidos, dificultad respiratoria, hemorragias graves o falla orgánica (cuando un órgano se hace insuficiente).  Los signos que advierten de esta complicación se presentan entre 3 y 7 días después de los primeros síntomas y se acompañan de un descenso de la temperatura corporal (menos de 38 °C) y son los siguientes: dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, respiración acelerada, hemorragias de las encías, fatiga, inquietud y presencia de sangre en el vómito.  Las siguientes 24 a 48 horas de la etapa crítica pueden ser letales; hay que brindar atención médica para evitar otras complicaciones y disminuir el riesgo de muerte.
El diagnóstico del dengue es predominantemente clínico, pero ante la sospecha de la enfermedad podemos apoyarnos en una biometría hemática completa que nos puede reportar una disminución de los leucocitos (glóbulos blancos), y  en esta serie, disminución de la serie linfocítica con aumento de los granulocitos; al igual que disminución de las plaquetas.  Ante el cuadro clínico y  la información orientadora de la biometría hemática completa tenemos un caso sospechoso de dengue el cual se corrobora solicitando una prueba sanguínea de dengue IgM siete días después del inicio del cuadro febril.  Otra orientación importante de la biometría hemática es cuando a pacientes sospechosos de dengue se les realiza la prueba de forma seriada y so observa un aumento progresivo del hematocrito, este paciente debe ser vigilado estrechamente pues puede ser un candidato a padecer de dengue grave.



sábado, 16 de junio de 2012

Dengue (II parte)


Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 33 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 16 de junio de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G


En la primera parte de este artículo presente un resumen histórico de la enfermedad e inicié detallando sobre la carga mundial del dengue, la cual concluiremos; los reportes epidemiológicos nacionales del 2009, además de mencionar las características del virus y los reservorios (hombre y mosquito), y un resumen de los modos de transmisión detallaremos en la continuidad de esta semana.
Europa ya se enfrenta con la posibilidad de brotes de dengue y la transmisión local de la enfermedad se notificó por vez primera en Francia y Croacia en 2010, y se detectaron casos importados en otros tres países europeos.
Cada año, unas 500 000 personas que padecen dengue grave (niños en una gran proporción) necesitan hospitalización.  Aproximadamente un 2,5% fallecen.
En nuestra república de Panamá, según la Organización Mundial de la Salud, hasta la SE (semana epidemiológica) 44, del año 2009, el departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud de Panamá reportó 3.432 casos sospechosos acumulados de dengue, que fueron confirmados por laboratorio y por nexo (clínico y/o epidemiológico).  Se notificaron 11 casos de dengue hemorrágico de los cuales 4 fallecieron; uno en Panamá Oeste (Chorrera), uno en Panamá Metro y dos en Chiriquí, con una letalidad del 36%.  Los serotipos circulantes fueron DEN-V 1 y 3.  Las mayores tasas de incidencia se reportaron en Chiriquí (12,3 x 100.000 habitantes), Panamá Oeste (98,2 x 100.000 habitantes) y Panamá Metro (61,3 x 100.000 habitantes). 
Los virus del dengue son flavivirus, de los que se conocen cuatro serotipos de virus distintos, pero estrechamente emparentados: DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4.  Cuando una persona se recupera de la infección adquiere inmunidad de por vida contra el serotipo en particular. Sin embargo, la inmunidad cruzada a los otros serotipos es parcial y temporal.  Las infecciones posteriores causadas por otros serotipos aumentan el riesgo de padecer el dengue grave.  Esto significa que cuando usted se recupera del primer cuadro del dengue, usted no está inmunizado de por vida contra la enfermedad puesto que al ser picados por mosquitos que contengan otros serotipos diferentes al de su primera enfermedad, usted tiene el riesgo de padecer el dengue grave (hemorrágico).
El vector principal del dengue es el mosquito Aedes aegypti. El virus se transmite a los seres humanos por la picadura de mosquitos hembra infectadas.  Tras un periodo de incubación (tiempo desde la picadura y la aparición de los síntomas) del virus que dura entre 4 y 10 días, un mosquito infectado puede transmitir el agente patógeno durante toda la vida.
Las personas infectadas son los portadores y multiplicadores principales del virus, y los mosquitos se infectan al picarlas.  Tras la aparición de los primeros síntomas, las personas infectadas con el virus pueden transmitir la infección (durante 4 o 5 días; 12 días como máximo) a los mosquitos Aedes.
El mosquito Aedes aegypti vive en hábitats urbanos y se reproduce principalmente en recipientes artificiales.  A diferencia de otros mosquitos, este se alimenta durante el día; los periodos en que se intensifican las picaduras son el principio de la mañana y el atardecer, antes de que oscurezca.  En cada periodo de alimentación, el mosquito hembra pica a muchas personas.




sábado, 9 de junio de 2012

Dengue (I parte)


Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 32 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 9 de junio de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G


Conocida también como fiebre rompehuesos, fiebre quebrantahuesos o fiebre de Dandy, es una enfermedad de inicio agudo, causada alguno de los cuatro virus del Dengue que se trasmiten por la picadura de las hembras infectadas de mosquito del género Aedes.                  
Las primeras epidemias de dengue reportadas datan de 1779-1780 en Asia, África y América del Norte.  La ocurrencia casi simultánea de los brotes en tres continentes indica que estos virus y el mosquito vector que los transporta han estado ampliamente distribuidos en las áreas tropicales durante más de 200 años.  Durante gran parte de este tiempo, se pensaba que el dengue era una enfermedad leve y no mortal, que afectaba a las personas que visitaban las áreas tropicales.  En general, se dieron largos intervalos (10-40 años) entre las epidemias más importantes, principalmente porque la introducción de un nuevo serotipo (un tipo de microrganismo infeccioso clasificado según los antígenos que presentan en su superficie celular) en una población susceptible se daba solamente si los virus y su mosquito vector podían sobrevivir el lento transporte en veleros entre los centros poblados.
Después de la Segunda Guerra Mundial comenzó una pandemia (infección por un agente infeccioso, simultánea en diferentes países, en relación a la proporción de población infectada) de dengue en el Sureste Asiático que desde entonces se ha venido propagando por el resto del mundo.  En la actualidad son más frecuentes las epidemias causadas por serotipos múltiples, ampliándose la distribución geográfica de los virus del dengue y de sus mosquitos vectores, y ha surgido el dengue hemorrágico en la región del Pacífico y en el continente americano.  La primera epidemia (enfermedad que se propaga durante algún tiempo por un país acometiendo simultáneamente a gran número de personas) de dengue hemorrágico en el Sureste Asiático se dio en los años 1950, pero para 1975 se había convertido en una causa frecuente de hospitalización y muerte entre los niños de muchos países de la región.
En las últimas décadas ha aumentado enormemente la incidencia (número de casos ocurridos) de dengue en el mundo.  Más de 2500 millones de personas (más del 40% de la población mundial) están en riesgo de contraer el dengue.  La OMS calcula que cada año se producen entre 50 millones y 100 millones de infecciones por el virus del dengue en el mundo.
Antes de 1970, solo nueve países habían sufrido epidemias de dengue grave (hemorrágico),  sin embargo ahora la enfermedad es endémica en más de 100 países de las regiones de África, las Américas, el Mediterráneo Oriental, Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental; siendo estas dos últimas regiones las más gravemente afectadas. 
En 2008, en las regiones de las Américas, Asia Sudoriental y Pacífico Occidental se registraron en conjunto más de 1,2 millones de casos, y en 2010, más de 2,2 millones (según datos oficiales presentados por los países miembros a la OMS).  En fecha reciente el número de casos notificados ha seguido aumentando.  En 2010, se notificaron 1,6 millones de casos tan solo en la Región de las Américas, 49 000 de ellos fueron de dengue grave.  Además de que el número de casos aumenta a medida que la enfermedad se propaga a nuevas zonas, se están produciendo brotes epidémicos de carácter explosivo.

sábado, 2 de junio de 2012

Enfermedades Cardiovasculares (III parte)


Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 31 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 2 de junio de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G


Las Sociedades Científicas en sus recomendaciones para la prevención de la enfermedad coronaria utilizan estas tablas para identificar a los pacientes de alto riesgo, prioritarios a la hora de intervenir con fármacos sobre los distintos factores de riesgo; sin embargo existen distintas tablas y existe la controversia de si son válidas al aplicarlas en otro tipo de poblaciones de riesgo coronario bajo.
A nivel nacional, en atención primaria, utilizamos tablas para aplicación en hombres y tablas para aplicación en mujeres (independientemente a cada sexo); utilizando parámetros que contienen rangos de edades,  de colesterol total, de HDL-colesterol,  de presión arterial sistólica (con o sin tratamiento) y si fuma o no.  Cada parámetro de estos recibe una puntuación, que sumándola a cada  paciente individual, nos dará una puntuación total que se compara paralelamente a una escala de riesgo a los próximo 10 años.  Esta última escala tiene valores que van desde menores que 1 por ciento hasta mayores que 30 por ciento (<1% - >30%).  Como también cada galeno puede tener programas en su equipo de computadora, la cual, le introduce los datos y de forma instantánea le dará el resultado.  En resumen, su médico le informara cual es su posibilidad de padecer un accidente cerebrovascular (AVC) en los próximos 10 años, le dará las recomendaciones pertinentes, le iniciará el tratamiento tanto preventivo como el esquema farmacológico; y le entregará las interconsultas con los profesionales y especialistas médicos indicados para mitigar esta peligrosa condición clínica.  Es importante recalcar que todo paciente con porcentaje igual y mayor al 10% de riesgo cardiovascular (≥10%), se le debe iniciar tratamiento con un inhibidor de la agregación plaquetario (aspirina, clopidogrel o trifusal).
Se puede reducir la carga de las enfermedades cardiovasculares (ECV) ya que al menos un 80% de las muertes prematuras por cardiopatía y AVC podrían evitarse con una dieta saludable, actividad física regular y abandono del consumo de tabaco.  Es posible reducir el riesgo de ECV realizando actividades físicas de forma regular; evitando la inhalación activa o pasiva de humo de tabaco; consumiendo una dieta rica en frutas y verduras; evitando los alimentos con muchas grasas, azúcares y sal, y manteniendo un peso corporal saludable.  Existen medicamentos eficaces y baratos para tratar prácticamente la totalidad de las ECV (dato no tan exacto en nuestra realidad nacional).
La forma de prevenir y controlar las ECV es a través de una acción global e integrada:
  • Una acción global requiere la combinación de medidas que traten de reducir los riesgos en la totalidad de la población y de estrategias dirigidas hacia los individuos con alto riesgo o que ya padecen la enfermedad.
  • Como ejemplos de intervenciones poblacionales que permiten reducir las ECV se pueden citar las políticas globales de control del tabaco, los impuestos para reducir la ingesta de alimentos ricos en grasas, azúcares y sal, la creación de vías para peatones y bicicletas con el fin de fomentar la actividad física, y el suministro de comidas saludables en los comedores escolares.
  • Las estrategias integradas se centran en los principales factores de riesgo comunes a varias enfermedades crónicas tales como las ECV, la diabetes y el cáncer: dieta malsana, inactividad física y consumo de tabaco.