viernes, 29 de marzo de 2013

Escalofrío


Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 3 No. 74 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, viernes 29 de marzo de 2013.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.


Se define escalofrío como aquella contracción repetitiva, temblorosa, más o menos intensa, del sistema
muscular, acompañadas de fenómenos de contracción de los vasos sanguíneos de la circulación periférica.  En los grados más leves, se reporta como una sensación de culebrillas de frío que recorren la espalda y obligan a una contracción de los músculos de esa región, siendo un fenómeno de sensibilidad propio de cada paciente.  En un grado más avanzado, el escalofrió se siente y se ve: hay un verdadero estremecimiento de ciertos músculos del tronco y de los miembros.  En el grado extremo, todos los músculos del cuerpo se contraen en repetidos espasmos; el cuerpo se encoge; los miembros se repliegan sobre el tronco; los dientes se entrechocan, suenan, y simultáneamente, las facciones sufren modificaciones del semblante, palidez de piel con erección de los folículos pilosos y aceleración del pulso (frecuencia cardiaca).

La principal fuente de calor corporal es la oxidación (combustión) de los alimentos en los seres vivos.  La mayor cantidad de calor es generada en el hígado y los músculos estriados (llamados así por sus características estructurales, por lo general responden a la voluntad del individuo) cuya participación puede variar según la necesidad de las funciones corporales.  En condiciones normales las descargas nerviosas al musculo pasan de manera inaparente al sujeto, pero cuando el estímulo para la producción de calor es intenso, la actividad muscular aumenta al grado que se origina el escalofrío.


La fiebre es un reajuste en el mecanismo termorregulador del organismo; la temperatura corporal es percibida por los termorreceptores como si estuviese baja, y el organismo responde fisiológicamente como si tuviera frío.  En estas circunstancias, el escalofrío es el mecanismo que permite un aumento en la producción de calor.

Se presenta escalofrío en las siguientes condiciones:

Erisipela


  • Infecciones: Es la más importante en la práctica médica. 

  1. En todas las infecciones de comienzo brusco.  En general el escalofrío anuncia la neumonía típica, la erisipela, el tifus exantemático, el tifus recurrente, el paludismo, etc.  Otras infecciones se anuncian con escalofríos moderados y múltiples.  En las complicaciones sépticas como: en la tifoidea en curso, una colecistitis o una flebitis.
  2. En presencia de un foco infeccioso con invasión de la sangre por los gérmenes (septicemia): pielitis, cistitis, colecistitis, colangitis ascendente, flebitis, abscesos, etc.
  • Destrucción celular rápida: En estos casos  suele haber escalofríos sin fiebre importante.  Se aprecia en las crisis hemolíticas (destrucción de los glóbulos rojos con la liberación de hemoglobina), como la de las anemias hemolíticas o las de hemoglobinuria (presencia de hemoglobina en la orina) paroxística.
  • Introducción de sustancias extrañas en la sangre: transfusión, vacunas, etc.
  • Exposición al frio: Existen personas con sensibilidad especial a las bajas temperaturas, que se estremecen el menor descenso de las mismas o la menor corriente de aire.  Esta sensibilidad aumenta con la edad.
  • Estados emotivos: En condiciones agradables puede haber escalofrío leve, en cambio, en los casos de terror, alcanza su mayor expresión, con intenso entrechoque de dientes, signo considerado como expresión típica del miedo.
  • Administración intermitente de antipiréticos: Los cuadros que cursan con fiebre, la administración desordenada de medicamentos  para contrarrestarla, pueden causar una depresión de la temperatura, la cual es seguida por contracciones musculares compensadora (escalofrío).

viernes, 15 de marzo de 2013

Sinusitis aguda


Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 3 No. 72 y 73 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, viernes 15 y 22 de marzo de 2013.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.


El público culpa a los senos paranasales de un mayor número de síntomas más que en cualquier otra
Senos Paranasales
estructura anatómica del organismo.  Sin embargo es un hecho innegable que la infección de estas es muchos menos frecuente que en la época que precedió a la de los antibióticos.  A la fecha los pacientes atribuyen a la sinusitis afecciones como dolor de cabeza, obstrucción nasal, descarga retronasal de secreción (hacia la faringe), fatiga, mal aliento, y como infección más frecuente: el resfriado común.  El término se refiere a la inflamación de los senos paranasales que ocurre con una infección a raíz de un virus, una bacteria o un hongo.  Se le conoce también como infección de los senos paranasales, infección sinusal, rinosinusitis, etc.

Los senos paranasales son cavidades aéreas irregulares, que se encuentran adyacentes a la nariz.  Existen alrededor de 12 senos a cada lado; su número es variable y no siempre es el mismo a ambos lados.  Están localizados en los huesos y adoptan su nombre (maxilar, frontal, etmoidal y esfenoidal).  Ellos se comunican con la cavidad nasal.  La función primaria de los senos paranasales es alivianar los huesos del cráneo, de forma secundaria proporciona moco a la cavidad nasal y actúa como cámara de resonancia para la producción de sonido.

La sinusitis se puede presentar por una de las siguientes situaciones:


  • Los pequeños vellos (cilios) de los senos paranasales, que ayudan a sacar el moco, no están funcionando en forma apropiada debido a alguna afección.
  • Los resfriados y las alergias pueden provocar la producción de demasiado moco o bloquear la abertura de los senos paranasales.
  • Un tabique nasal desviado, un espolón (eminencia en forma de espuela de gallo) óseo nasal o pólipos (tumor blando que se desarrolla en una membrana mucosa) nasales pueden bloquear la abertura de los senos paranasales.


Pueden predisponer a la sinusitis los cambios ambientales tales como el frio, calor, humedad y contaminación atmosférica, inclusive el humo del tabaco; guarderías, cambios de altitud (volar o bucear).  Entre los factores predisponentes generales deben incluirse las infecciones previas, como el resfriado común.  Algunos factores locales pueden predisponer a la enfermedad sinusal tales como las deformidades esqueléticas, hipersensibilidad (rinitis alérgica), enfermedades dentales, cuerpos extraños, fibrosis quística, adenoides grande, síndrome de inmunodeficiencia adquirida, pacientes que reciben quimioterapia y tumores.
La sinusitis viral suelen ocurrir durante los cuadros de resfriado común y estos mismos virus que afectan la región nasal y faringe nasal pueden afectar los senos paranasales.  Las bacterias que más frecuentemente participan en la sinusitis son: Streptococcus Pneumoniae, Haemophilus influenzae y Moraxella catharralis.  Otras bacterias como Staphylococcus aureus, enterococos Gramnegativos y anaerobios, causan una proporción menor de casos.
El cuadro clínico varía de acuerdo con la intensidad de enfermedad, apareciendo dolor sobre todo cuando existe líquido a presión dentro de alguno de los senos.  El sitio de dolor dependerá del seno afectado: sobre la ceja cuando el problema es frontal, en la nariz cuando los afectados son los etmoidales anteriores, etc.  La sinusitis aguda no siempre se presenta con dolor, y no siempre el dolor facial indica la presencia de sinusitis aguda.  La rinorrea (mucosidad) anterior como posterior que puede ser mucoide (semejante al moco) o mucopurulenta (que contiene moco y pus) ocurre cuando el orificio natural se encuentra abierto y puede drenar en pequeñas cantidades o abundante, pero la ausencia de esta no desecha el diagnóstico.  La obstrucción nasal es frecuente, pero  puede estar ausente.  La sintomatología puede incluir, fatiga con sensación de malestar general y aumento de la temperatura corporal que pocas veces es intensa, mal aliento o pérdida del sentido del olfato, tos que empeora por la noche, dolor de garganta, etc.  En conclusión los síntomas pueden ser los mismos de  un cuadro de infección viral de vías respiratorias superiores, lo que puede opacar el diagnóstico.
El cuadro clínico y los estudios radiológicos de los senos paranasales son de un apoyo para el diagnóstico en nuestro medio (atención primaria) que frecuentemente reportan opacidad de los senos y engrosamiento de la pared.  Observar los senos paranasales a través de un endoscopio de fibra óptica (lo que se llama rinoscopia o endoscopia nasal) puede ayudar a diagnosticar sinusitis. Esto generalmente lo realiza un otorrinolaringólogo (especialista en problemas de la nariz, el oído y la garganta).  
Los exámenes imagenológicos que se pueden usar para decidir sobre el tratamiento son: 
  • Una tomografía computarizada de los senos paranasales para ayudar a diagnosticar sinusitis u observar los huesos y tejidos del área en mayor detalle.
  • Una resonancia magnética de los senos paranasales si pudiera haber un tumor o una infección micótica (por hongos).
Si usted o su hijo padecen sinusitis que no desaparece o que es recurrente, otros exámenes pueden abarcar:
  • Pruebas para alergias.
  • Exámenes de sangre para VIH u otros exámenes para inmunodeficiencia.
  • Cultivos nasales.
  • Citología nasal.
  • Pruebas de cloro en sudor para fibrosis quística.
En función de lo anterior su médico es la persona indicada para ofrecer el tratamiento que usted se merece; evitando complicaciones como la meningitis, abscesos preseptales, abscesos subperiósticos, abscesos intracraneales, tromboflebitis del seno cavernoso, abscesos epidurales o subdurales, etc.

Dentro de los cuidados personales puede realizar las siguientes medidas para ayudar a reducir la congestión sinusal hasta la evaluación médica:
  • Aplique paños húmedos y calientes en la cara varias veces al día.
  • Beba mucho líquido para diluir el moco.
  • Inhale vapor de 2 a 4 veces por día (por ejemplo, sentado en el baño con la ducha abierta).
  • Utilice solución salina nasal varias veces al día.
  • Utilice un humidificador.
  • Tenga cuidado con los descongestionantes nasales.  Pueden ayudar al principio, pero utilizarlos más de 3 a 5 días puede empeorar la congestión nasal.
Respecto al dolor o la presión sinusal:
  • Evite bucear y los vuelos aéreos cuando esté congestionado.
  • Evite temperaturas extremas, cambios bruscos de temperatura e inclinarse hacia delante con la cabeza baja.

viernes, 8 de marzo de 2013

Sudoración anormal


Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 3 No. 71 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, viernes 8 de marzo de 2013.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.


Algunos pacientes durante su interrogatorio indican que sudan las palmas con facilidad, otros, que mojan el papel durante la escritura, y ocasionalmente: Doctor, “sudo frio”.  Todas son signos importantes que contribuyen al diagnóstico clínico del paciente.

Comprendamos los siguientes términos:
  1. Hiperhidrosis: Sudoración excesiva, no explicada por las características del clima ni la vestimenta del sujeto.
  2. Anhidrosis: Ausencia de sudoración, generalizada o localizada.
  3. Bromhidrosis: Sudoración de olor desagradable.
  4. Diaforesis. Sudoración, especialmente la profusa.

Las glándulas sudoríparas humanas son de 2 tipos: apocrinas y ecrinas.  Las glándulas apocrinas grandes se localizan principalmente en las regiones axilares y  anogenitales; son estimuladas, produciendo sudor, por estímulos provenientes del sistema nervioso autónomo (simpático), estado de tensión emocional y temperaturas ambientales aumentadas.  Las glándulas ecrinas son más pequeñas y están más directamente relacionadas con la regulación de la temperatura corporal; además responden a estímulos provenientes de la porción parasimpática del sistema nervioso autónomo; la magnitud de la sudoración fluctúa en función de elevación de la temperatura de la piel o de la sangre circulante.  Existen centros hipotalámicos que regulan la producción de sudor independientemente de la temperatura de la piel.  La sudoración es componente importante del sistema de termorregulación.  Este sistema tiene una importancia homeostática (regulación propia) tan grande que, en condiciones de elevada temperatura ambiental, el organismo lo utiliza aun a costa del sacrificio del equilibrio hidroelectrolítico (soluciones del organismo).


La sudoración excesiva o hiperhidrosis aparecen en las siguientes circunstancias:
  • Estados febriles: El fenómeno de la sudoración del descenso térmico es común en muchos padecimientos febriles como en la malaria, las fiebres recurrentes y las fiebres asociadas a infecciones purulentas.  Existen determinadas infecciones en las que los sudores son particularmente intensos y continuos, por lo que alcanzan un cierto valor diagnóstico: fiebre reumática, tuberculosis, etc.  La sudoración nocturna sugiere que el paciente tiene fiebre durante la noche, que puede pasar inadvertida; se describe en la tuberculosis, la brucelosis, los abscesos pulmonares y la endocarditis bacteriana.
  • Linfomas: Es característica la sudoración de la enfermedad de Hodkin.
  • Enfermedad del sistema nervioso: Existe sudoración en los en caso de lesiones de los centros hipotalámicos de la regulación de la temperatura y enfermedades del sistema nervioso simpático.  De ahí que se observe en algunos casos de atrofia (disminución de volumen y peso de un órgano) progresiva, afecciones de la medula espinal a consecuencia de una lesión espinal, y lesiones de la sección simpática cervical y torácica.
  • Enfermedades endócrinas: Existe sudoración en el hipertiroidismo, en el climaterio (conjunto de fenómenos que acompañan a la culminación de la función reproductora en la mujer) y en la disminución de glucosa en sangre.  En el hipertiroidismo es continua, mientras que en los dos últimos sobreviene por accesos con bochornos (Calor sofocante, por lo común en horas de calma), si son de origen climatérico, y con otros síntomas asociados en caso de hipoglicemia.
  • Estados de debilidad: Es un carácter típico la transpiración (sudar) que va desde moderada a copiosa.
  • Trastornos circulatorios: El sudar frio es muy típico de la insuficiencia circulatoria aguda, la angina de pecho, el infarto al miocardio, la trombosis mesentérica (repliegue del peritoneo que une al estomago e intestino con las paredes abdominales) y otros cuadros de poca perfusión (irrigación) graves.
  • Ansiedad: Es bien conocida la sudoración palmar que se presenta durante los estados de ansiedad.