viernes, 13 de diciembre de 2013

Hipoacusia

Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 3 No.110 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, viernes 13 y 20 de diciembre de 2013.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.

Cortesía de elportalslp.com-mx

Es la incapacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos.  Se le conoce también con las siguientes denominaciones: pérdida auditiva, sordera, disminución de la audición, hipoacusia conductiva, etc.



Los síntomas de la hipoacusia pueden abarcar: 
  • Ciertos sonidos que parecen demasiado fuertes.
  • Dificultad para seguir conversaciones cuando dos o más personas están hablando.
  • Dificultad para oír en ambientes ruidosos.
  • Dificultad para diferenciar sonidos agudos entre sí.
  • Menos problemas para escuchar las voces de los hombres que las voces de las mujeres.
  • Problemas para escuchar cuando hay ruido de fondo.
  • Voces que suenan entre dientes o mal articuladas.

La función auditiva se realiza en 2 fases:
Cortesía de www.fundaciónsalesa.org
Fase de conducción: consiste en el paso de vibraciones sonoras desde el medio aéreo al medio acuoso del oído interno, jugando un papel importante el tímpano y los huesecillos del oído.  Cualquier alteración de los componentes de  esta fase da lugar a la disminución de la intensidad de los sonidos con mínima distorsión de sus otras cualidades.





Cortesía de psicologíapercepcion.blogspot.com
Fase neurosensorial o de percepción: se inicia en la cóclea o caracol, donde se encuentran las células del órgano de Corti, que transforman la energía vibratoria a potenciales eléctricos y en donde tiene lugar la codificación de la intensidad y el tono de los sonidos.  La información es transmitida a lo largo del nervio auditivo y el tallo cerebral hasta la corteza auditiva, en donde se realiza la decodificación y la comprensión.  La lesión de algunos elementos de esta fase  da lugar a reducciones de la intensidad y a la distorsión de los mismos.



Cortesía de elorbitaldegenerado.blogspot.com



El espectro sonoro abarca entre los 16  y los 16,000 ciclos por segundos, los sonidos de la voz humana abarcan entre los 300 y los 3000 ciclos por segundos.  La intensidad del sonido se expresa en decibeles.
La escala de intensidades de sonido es logarítmica, entendiéndose que un tono de 20 decibeles tiene 1000 veces más energía que el de 1 decibel.









A manera de conveniencia las hipoacusias se clasifican en las que se deben a defectos de conducción (ocurre debido a un problema mecánico en el oído externo o el oído medio) y a las que se producen por defectos de percepción (ocurre cuando las terminales nerviosas que transmiten el sonido a través del oído están lesionadas, enfermas, no trabajan apropiadamente o han muerto).  Este tipo de hipoacusia a menudo no se puede neutralizar.
Las hipoacusias de conducción más importantes:
Cortesía de drenalineas.com
  • Por obstrucción del conducto auditivo externo: Tapón de cerumen, cuerpos extraños, furunculosis (inflamación del área comprendida por el vello y la glándula sebácea), tumores, etc.
  • Por alteración de la membrana del tímpano: perforación, infección, limitación de la movilidad (fibrosis, adherencia, secreciones), etc.
  • Por alteraciones de los huesillos del oído (yunque, martillo y/o estribo): fibrosis, atrofia (pérdida de volumen y peso) y necrosis (gangrena), proliferación ósea (otosclerosis), etc.
La hipoacusia de percepción (sordera) más importantes:
Cortesía de aminoglucosidos.wordpress.com
  • Pueden ser endógenas o hereditarias (se conocen más de 400 trastornos genéticos) y exógenas (lesiones intrauterinas o alrededor del nacimiento como rubeola, herpes, toxoplasmosis, deficiencia de oxígeno, incompatibilidad del factor Rh.).
  • Infecciosa: sarampión, influenza, neumonía, por otros virus, sífilis, etc.
  • Medicamentosa: estreptomicina, neomicina, kanamicina, gentamicina, etc.
  • Degenerativa: insuficiencia vascular, envejecimiento, hereditarias, etc.
  • Traumáticas: lesiones del hueso temporal o del nervio acústico, lesiones producidas por ruidos fuertes (por el trabajo o la recreación), etc.
  • Tumor: del hueso temporal, del nervio acústico y del ángulo pontocerebeloso.
  • Enfermedad de Meniére.
  • Inflamación de los vasos sanguíneos.
  • Por lesiones neurológicas: inflamación del nervio acústico, esclerosis múltiple, etc.
  • Psicógenas: histeria, simulación, etc.
Una característica importante en la hipoacusia conductiva es que el paciente discrimina (diferencia) los sonidos ante presencia de ruido en el medio ambiente (mejor que una persona de capacidad auditiva normal), al contrario de lo que ocurre con una persona de sordera de percepción, el ruido ambiental interfiere aún más con la agudeza auditiva (dificultad para discriminar antes los ruidos del medio ambiente) que las personas con capacidad auditiva normal.

Cortesía de es.wikipedia.org
En la consulta el primer paso es la evaluación de ambos conducto auditivo, con un otoscopio, cuya finalidad es descartar cualquier anomalía que produzca una hipoacusia por conducción; si clínicamente no tenemos ninguna alteración, se solicita un examen de audiometría para evaluar la capacidad del paciente para escuchar sonidos.  Los sonidos varían de acuerdo con el volumen o fuerza (intensidad) y con la velocidad de vibración de las ondas sonoras (tono).  Mediante esta prueba podemos detectar la hipoacusia.  Realizado el diagnóstico, podemos referirlo al otorrinolaringólogo quien es especialista en esta área médica.



Entre las medidas preventivas tenemos:
Cortesía de jovenesdeltercermilenio.blogspot.com
  • Aplicar esquema de vacunación completo mujeres en edad fértil.
  • Llevar a cabo adecuados controles de embarazo.
  • Alimentar con lactancia exclusiva a los lactantes.
  • Cumplir con el esquema de vacunación de los niños.
  • Realizar las pruebas de audiometrías indicadas en los recién nacidos antes de los 30 días después del parto.  
  • Recetar los aminoglucósidos con estrictos criterios médicos.
  • Emplear tapones o protectores auditivos ante ambiente de ruido.
  • No utilizar hisopos ni ningún tipo de objetos con fines de aseo del oído.
  • Colocarse al nadar o bucear tapones auditivos.
  • Tratar las infecciones auditivas de forma inmediata.
Ante cualquier síntoma o duda, consulte a su médico que es el profesional idóneo para la atención de su salud.


viernes, 6 de diciembre de 2013

Infección de vías urinarias

Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 3 No.110 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, viernes 6 de diciembre de 2013.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.


Cortesía defarmicentromedico.com

Se puede definir la infección de vías urinarias como la presencia de microorganismos de predominio bacteriano y su consiguiente reproducción en dichas vías (riñones, uréteres, vejiga y uretra).  Su estudio es de importancia por la frecuencia con que se presenta, ya que en niños pequeños puede amenazar la vida o la función renal; por lo que hace vital el diagnóstico temprano y el adecuado manejo.






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La mayoría de las infecciones de las vías urinaria son causadas por bacterias provenientes del intestino, siendo la Escherichia coli la más frecuente.  En orden decreciente le siguen  Klepsiella sp. y Proteus.  En condiciones de contaminación, inmunosupresión y desventaja para el organismo se han encontrado Enterobacter, Pseudomona Aeruginosa, Enterococcus, Staphylococcus aureus y Candida Albicans (hongo).




Cortesía de bacterioyalgomas.com.ar


Su distribución es mundial, pudiendo padecerla cualquier persona indistintamente del sexo, predominando en proporción de 4 a 1 en las  féminas.  Puede presentarse a cualquier edad, aunque su incidencia es mayor en la lactancia, durante la etapa sexual activa de la mujer y el embarazo.  Existe mayor riesgo de padecerla en pacientes diabéticos, inmunodeprimidos, con sondas vesicales, con obstrucción de vías urinarias, con lesiones en la columna vertebral o daños de nervios que circundan la vejiga.






Cortesía del elquetzalteco.com.gt
El cuadro clínico puede presentar síntomas o no.  En los casos que no presentan síntomas por lo general se detectan de forma casual en los exámenes médicos de rutina.  Mientras que los que presentan síntomas pueden cursar con sensación de ardor al orinar, necesidad frecuente de orinar, insatisfacción urinaria (sensación de no vaciar completamente la vejiga), dolor en área lumbar o en los costados, orina turbia o sanguinolenta con mal olor, fiebre acompañada o no de escalofríos, etc.



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El diagnostico se fundamenta en el cuadro clínico del paciente y luego analizando su orina.  Se puede observar al microscopio un aumento de  bacterias y glóbulos blancos en un paciente infectado.  La presencia de más de 25 bacterias por campo sugiere bacteriuria significativa, el cual se puede confirmar con un cultivo de orina que al reportar 100,000 o más colonias por mililitro de orina nos confirma el diagnóstico.  El médico podría pedir también una prueba de sensibilidad bacteriana, la cual determina que antibiótico dará mejor resultado para el tratamiento de la infección (conocida también como cultivo con antibiograma).




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El tratamiento es a base de antibióticos de elección según la sensibilidad de las bacterias con el fin de destruirla por un período, por lo general, de 7 días o más, dependiendo de la gravedad de la infección, resistencia bacteriana, antecedentes de infecciones previas, anomalías estructurales en las vías urinarias y el sexo (en los hombres pueden requerir más tiempo pues las bacterias pueden encontrarse en el tejido prostático).



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Las medidas preventivas juegan un papel importante: beber abundantes líquidos, orinar con frecuencia y apenas tenga ganas e inclusive después de las relaciones sexuales, limpiarse de adelante hacia atrás después de defecar, utilizar la ropa interior de algodón y los pantalones holgados, evitar los anticonceptivos tipo diafragmas y espermaticidas en pacientes con infecciones frecuentes de vías urinarias.



Ante cualquier duda consulte con su médico que es el profesional idóneo para la atención de su salud.