Panamá-Chiriquí, viernes 22 de febrero y 1 de marzo de 2013.
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Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.
Faringoamigdalitis Bacteriana |
Es una de las
infecciones más frecuentes de las vías respiratorias, particularmente en niños,
como también un evento frecuentemente sobrediagnosticado y, lo que es peor, el
abuso y mal uso de los antibióticos constituyen la regla.
Prácticamente pueden
ser clasificadas en virales y bacterianas, dónde las primeras constituyen el
porcentaje más elevados de los casos.
Entre los virus asociados puedo mencionar: Adenovirus, virus de
Epstein-Barr, Coxsackie A, Herpes simple, etc.
Relativo a bacterias el Estreptococo beta hemolítico del grupo A
(Streptococcus pyogenes) y el Corynebacterium diphteriae son los responsables;
pero el segundo, gracias a la vacunación con D.P.T., es casi inexistente.
En términos generales
se puede afirmar que los agentes virales son más frecuentes en niños menores de
4 años, mayores de 4 años hasta los 20 años de edad, el estreptococo se observa
más a menudo, pudiendo existir uno u otro para ambos grupos de edad.
El modo de transmisión
incluye las gotas de Pflugger grandes de vías respiratorias, o contacto directo
con los pacientes y portadores, y rara vez de forma indirecta con objetos
contaminados. Los portadores nasales muestran propensión particular a
transmitir la enfermedad. El contacto
casual rara vez causa infección. Los
estreptococos secos que pasan al aire por el polvo contaminado del suelo,
pelusa, de la ropa de cama o pañuelo son viables, pero al parecer no infectan
las membranas mucosas ni la piel intacta.
La ingestión de alimentos contaminados suele ir seguida de brotes
explosivos de angina estreptocócica. Al
parecer, la fuente importante de estos episodios, seria la contaminación de los
productos lácteos o de huevos por los seres humanos.
Faringoamigdalitis Viral |
El cuadro clínico es
variable, y dependerá del agente causal, sin embargo, a veces es difícil
mantener las diferencias. En la
faringitis viral son síntomas característicos: inicio gradual con fiebre
moderada, malestar, disminución del apetito y dolor leve de garganta con
aspereza que produce tos; la descarga y obstrucción nasal pueden ser
frecuentes. El enrojecimiento de la amígdalas y faringe puede no ser importante y
casi siempre sin material purulento; sin embargo cuando la infección es por
adenovirus es difícil diferenciarlo del producido por agente bacteriano. En la faringoamigdalitis estreptocócica el
inicio es brusco, con fiebres altas (39.5 a 40 °C), dolor de cabeza, dolor
abdominal que algunas veces impresionara abdomen agudo (dolor abdominal
urgente), vómitos asociados a dolor faríngeo que se agrava con la ingesta de
alimentos y saliva en muchos casos, afectación del estado general, marcada
perdida del apetito, debilidad, dolores musculares y articulares. Cuando realizamos la exploración física
generalmente se encuentra un enrojecimiento difuso que incluye amígdalas,
faringe y paladar blando, este último, con puntos rojos en moteado
(petequias). Las amígdalas están
aumentadas en volumen, al igual que la úvula (conocida popularmente como
campanilla) y los pilares (lugar donde se alojan las amígdalas) que se saturan
de una capa purulenta. El color rojo se
compara con “la carne viva”. En la
lengua existe un aumento de volumen de las papilas gustativas, que algunas
veces semeja a lengua “de frambuesa”.
Además, en cuello y región submandibular coexisten ganglios dolorosos.
Las faringoamigdalitis
virales rara vez se complican; en tanto las de origen estreptocócico hay que
vigilar absceso periamigdalino, sinusitis, otitis, meningitis, neumonía o
sepsis (estado infeccioso que afecta la salud general por la diseminación de
toxinas). Se recomienda revaluar al
paciente 2 o 3 semanas después ante la posibilidad que desarrolle fiebre
reumática o glomerulonefritis.
Streptococcus Pyogenes |
Los datos
epidemiológicos y clínicos son los de importancia para realizar el
diagnóstico. La biometría hemática en la
infección estreptocócica puede mostrar aumento de los glóbulos blancos con
aumento de los neutrófilos. El exudado
faríngeo se limita a los casos dudosos, en los contactos epidemiológicos y en
las faringoamigdalitis de repetición.
Los títulos de anticuerpos séricos (antiestreptolisina O,
antihialuronidasa, anti-ADNasa B), durante la fase aguda y de convalecencia
pueden demostrar un incremento; pudiendo persistir durante varios meses.
Cuando el cuadro es de
origen viral sólo se recomienda medidas sintomáticas: ingesta de abundantes
líquidos, reposo, analgésicos-antitérmicos del tipo del acetaminofén. No debe utilizarse antibióticos como
preventivos. En la faringitis
estreptocócica, su médico le brindará el antibiótico indicado a su necesidad,
el cual evita la aparición de todos los casos de fiebre reumática aguda,
disminuye el riesgo de glomerulonefritis aguda y evita una mayor diseminación
del microrganismo en la comunidad.
Dentro de las medidas
preventivas es importante educar a la población y los prestadores de servicio
de salud sobre la forma de transmisión, contar con los medios accesibles de
laboratorio para identificar los estreptococos hemolíticos del grupo A,
pasteurizar la leche, excluir a las personas infectadas de la manipulación de
leche, preparar los huevos rellenos inmediatamente antes de servirlos o
refrigerarlos adecuadamente a temperaturas menores de 5°C, excluir de la
manipulación de alimentos a personas con lesiones de la piel, practicar la
prevención secundaria para evitar la reinfección estreptocócica y la posible
aparición de fiebre reumática.
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