sábado, 11 de agosto de 2012

Gripe estacional (III parte)

Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 41 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 11 de agosto de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.

Vacunación Antigripal 
En la anterior entrega presentamos una breve estadística de nuestra provincia, la tipificación de los virus de la gripe estacional, su cuadro clínico, complicaciones y modo de transmisión; en esta finalizaremos indicando los medicamentos con que se cuentan, su conducta epidemiológica por regiones y la forma más eficaz de prevención.
Algunos países disponen de antivíricos que son eficaces para prevenir y tratar la gripe. Estos fármacos pueden ser de dos clases: 1) adamantanos (amantadina y rimantadina), y 2) inhibidores de la neuraminidasa del virus de la gripe (oseltamivir y zanamivir).  Algunos virus de la gripe se vuelven resistentes a los antivíricos, lo cual limita la eficacia del tratamiento.  La OMS vigila la sensibilidad de los virus gripales circulantes a los antivíricos.
Las epidemias de gripe se repiten anualmente, durante el otoño y el invierno en las regiones templadas.  La enfermedad es causa de hospitalización y muerte, sobre todo en los grupos de alto riesgo (niños pequeños, ancianos y enfermos crónicos).  Estas epidemias anuales causan unos 3 a 5 millones de casos de enfermedad grave y unas 250 000 a 500 000 muertes cada año.  En los países industrializados la mayoría de las muertes asociadas a la gripe corresponden a mayores de 65 años.  En algunos países tropicales los virus de la gripe circulan durante todo el año, presentando uno o dos periodos de máxima actividad durante las estaciones lluviosas.
La gripe puede causar graves problemas económicos y de salud pública.  En los países desarrollados, las epidemias pueden causar gran absentismo y ausentismo laboral, y pérdidas de productividad.  Las clínicas y los hospitales pueden verse abrumados por el gran número de enfermos que acuden a ellos durante los periodos de máxima actividad de la enfermedad.  Aunque la mayoría de los pacientes se recuperan de la gripe, muchos necesitan tratamiento hospitalario y muchos mueren cada año por esta causa.  Los conocimientos sobre los efectos de las epidemias de gripe en los países en desarrollo son escasos.
La forma más eficaz de prevenir la enfermedad y sus consecuencias graves es la vacunación.  Hace más de 60 años que se vienen utilizando vacunas seguras y eficaces.  En los adultos sanos la vacunación antigripal puede prevenir un 70% a 90% de los casos de enfermedad gripal específica, mientras que en los ancianos reduce los casos graves y las complicaciones en un 60%, y las muertes en un 80%.
La vacunación es especialmente importante en las personas que corren mayor riesgo de sufrir complicaciones de la gripe y en aquéllas que viven con pacientes de alto riesgo o que cuidan de ellos.
La OMS recomienda la vacunación anual (por orden de prioridad) en: 1) Quienes viven en residencias asistidas (ancianos o discapacitados),  2) Ancianos, 3) Personas con enfermedades crónicas y 5) Otros grupos: embarazadas, profesionales sanitarios, trabajadores con funciones sociales esenciales y niños de 6 meses a 2 años.
  La vacunación antigripal es más eficaz cuando hay una buena concordancia entre los virus vacunales y los virus circulantes.  Los virus de la gripe sufren cambios constantes, y la Red Mundial de Vigilancia de la Gripe, una alianza de Centros Nacionales de Gripe de todo el mundo, vigila los virus gripales circulantes en el ser humano.  La OMS recomienda cada año una vacuna cuya composición va dirigida hacia las tres cepas más representativas que estén circulando entonces.


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