Panamá-Chiriquí, sábado 11 de agosto de 2012.
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Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.
Vacunación Antigripal |
Algunos países disponen
de antivíricos que son eficaces para prevenir y tratar la gripe. Estos fármacos
pueden ser de dos clases: 1) adamantanos (amantadina y rimantadina), y 2)
inhibidores de la neuraminidasa del virus de la gripe (oseltamivir y
zanamivir). Algunos virus de la gripe se
vuelven resistentes a los antivíricos, lo cual limita la eficacia del tratamiento. La OMS vigila la sensibilidad de los virus
gripales circulantes a los antivíricos.
Las epidemias de gripe
se repiten anualmente, durante el otoño y el invierno en las regiones
templadas. La enfermedad es causa de
hospitalización y muerte, sobre todo en los grupos de alto riesgo (niños
pequeños, ancianos y enfermos crónicos).
Estas epidemias anuales causan unos 3 a 5 millones de casos de
enfermedad grave y unas 250 000 a 500 000 muertes cada año. En los países industrializados la mayoría de
las muertes asociadas a la gripe corresponden a mayores de 65 años. En algunos países tropicales los virus de la
gripe circulan durante todo el año, presentando uno o dos periodos de máxima
actividad durante las estaciones lluviosas.
La gripe puede causar
graves problemas económicos y de salud pública.
En los países desarrollados, las epidemias pueden causar gran absentismo
y ausentismo laboral, y pérdidas de productividad. Las clínicas y los hospitales pueden verse
abrumados por el gran número de enfermos que acuden a ellos durante los
periodos de máxima actividad de la enfermedad.
Aunque la mayoría de los pacientes se recuperan de la gripe, muchos
necesitan tratamiento hospitalario y muchos mueren cada año por esta
causa. Los conocimientos sobre los
efectos de las epidemias de gripe en los países en desarrollo son escasos.
La forma más eficaz de
prevenir la enfermedad y sus consecuencias graves es la vacunación. Hace más de 60 años que se vienen utilizando
vacunas seguras y eficaces. En los adultos
sanos la vacunación antigripal puede prevenir un 70% a 90% de los casos de
enfermedad gripal específica, mientras que en los ancianos reduce los casos
graves y las complicaciones en un 60%, y las muertes en un 80%.
La vacunación es
especialmente importante en las personas que corren mayor riesgo de sufrir
complicaciones de la gripe y en aquéllas que viven con pacientes de alto riesgo
o que cuidan de ellos.
La OMS recomienda la
vacunación anual (por orden de prioridad) en: 1) Quienes viven en residencias
asistidas (ancianos o discapacitados),
2) Ancianos, 3) Personas con enfermedades crónicas y 5) Otros grupos:
embarazadas, profesionales sanitarios, trabajadores con funciones sociales
esenciales y niños de 6 meses a 2 años.
La vacunación antigripal es más eficaz cuando
hay una buena concordancia entre los virus vacunales y los virus
circulantes. Los virus de la gripe
sufren cambios constantes, y la Red Mundial de Vigilancia de la Gripe, una
alianza de Centros Nacionales de Gripe de todo el mundo, vigila los virus
gripales circulantes en el ser humano. La
OMS recomienda cada año una vacuna cuya composición va dirigida hacia las tres
cepas más representativas que estén circulando entonces.
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