Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 50 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 13 de octubre de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.
En la primera entrega
definí la enfermedad, señalé el agente infestante, redacté un breve marco
histórico, indiqué su distribución, número de población estimada afectada, así
como la mortalidad reportada, reservorio, forma
y período de transmisibilidad, y los factores de riesgos más
importantes.
Dolor Abdominal |
Una vez que se adquiere
la infestación, los quistes pasan al estómago en donde la acción del jugo
gástrico empieza a actuar sobre ellos, pasan al intestino delgado en donde se
abren para dejar salir un trofozoíto de ocho núcleos, que rápidamente se divide
y da lugar a ocho trofozoitos pequeños, los cuales son llevados con el
contenido intestinal al ciego en donde pueden establecerse o ser arrastrados
hacia el exterior junto con la materia fecal.
Si las condiciones son óptimas para la amiba, se establecen en el
epitelio intestinal e inician su proceso de división. Las cepas que tengan la capacidad de invadir
atacan primero el moco intestinal y posteriormente la mucosa intestinal,
continuando su multiplicación y por ende aumentan su número; continúan su
invasión hacia el resto de las capas de la pared intestinal que al perforarla
produce cuadro de peritonitis (inflamación de la membrana serosa que tapiza las
paredes abdominales y superficie inferior del diafragma, así como la cubierta completa o parcial para
algunos órganos). A través de vasos
sanguíneos y linfáticos, los trofozoitos se diseminan hacia otros sitios
produciendo la amibiasis extraintestinal.
El segundo sitio de predilección de las amibas es el hígado y en
particular el lóbulo derecho. A partir
del hígado y por vía hematógena se puede diseminar a cualquier parte del
organismo, asimismo las rupturas de los abscesos hará que se propaguen las
amibas a distintos sitios dependiendo de la localización de aquel y hacía donde
se abra (pared costal derecha, pulmones o corazón).
Casi todas las
infecciones son asintomáticas, pero pueden adquirir importancia clínica al
manifestarse en alguna circunstancia. Se
puede clasificar a la amibiasis en intestinal y extraintestinal. La amibiasis intestinal varía desde una disentería
aguda y fulminante, hasta un malestar abdominal leve con diarrea que tiene
sangre y moco, que alterna con período de estreñimiento o remisión. La amibiasis intestinal aguda es una de las
formas clínicas que se observa con mayor frecuencia, se caracteriza por la
presencia de evacuaciones diarreicas, posteriormente puede evolucionar a
síndrome disenteriforme caracterizado por evacuaciones mucosanguinolentas
acompañadas de pujo (dolor abdominal acompañado de falsa necesidad de evacuar
el vientre con sensación de calor y escozor en la región anal) y tenesmo (deseo
continuo, doloroso e ineficaz de defecar) en todos los casos, dolor abdominal
que se exacerba (aumenta) con la palpación, disentería fulminante, pérdida de
peso, deshidratación, astenia (falta o pérdida de la fuerza), etc. Relativo al cuadro clínico de la amibiasis
extraintestinal tenemos la amebiasis hepática, que es un síndrome caracterizado
por crecimiento del hígado, abscesos, fiebre elevada, dolor en región costal
inferior derecha; y la amibiasis mucocutanea cuyas lesiones se caracterizan por
ser de rápido crecimiento, muy dolorosas, de bordes levantados y bien definido,
secreción serosanguinolentas (que contiene sangre y suero) y un halo
eritematoso (rojo) de aproximadamente 1.0 centímetro de ancho alrededor de la
lesión. Cuando las amibas se establecen
e invaden otros órganos producirán cuadros con signos y síntomas no
característicos que hacen muy difícil el diagnóstico clínico de este
padecimiento en estas condiciones.
Continuará…
No hay comentarios:
Publicar un comentario