Panamá-Chiriquí, sábado 18 de febrero de 2012.
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Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.
La dislipidemia es la presencia de anormalidades en la
concentración de grasas en sangre (colesterol, triglicéridos, colesterol-HDL y
LDL). Los lípidos son transportados en el plasma por unas partículas globulares
de alto peso molecular llamadas lipoproteínas.
La importancia clínica de un aumento en el nivel de las lipoproteínas
plasmáticas deriva de la capacidad de estas para producir dos enfermedades que
amenazan la vida: aterosclerosis y pancreatitis. Sus causas pueden ser de tipo genética o
trastornos multifactoriales con patrones de herencia que interactúan con
factores ambientales para producir variados grados de hiperlipoproteinemias en
los miembros de una familia. Esto es tan
sencillo que podemos padecer dislipidemia por herencia familiar, o que nuestra
información genética interactúe con nuestros deficientes estilos de vida tales
como: abuso en el consumo de grasas, carbohidratos, bebidas alcohólicas, café, etc.;
así como el sedentarismo de moda en estas últimas décadas. Puede ser
completamente asintomático, es decir no dar ninguna manifestación clínica y
diagnosticarse durante un estudio del nivel de lípidos en sangre (perfil
lipídico).
La preocupación de este
desorden metabólico ha cobrado particular importancia desde el estudio de
Framingham, a finales de la década de los 70, el cual demostró que éste es uno
de los principales factores de riesgo cardíaco.
Algunas evidencias demostradas de las dislipidemias o
trastornos de los lípidos:
- La concentración total de colesterol se relaciona linealmente (directamente proporcional) con el desarrollo de cardiopatía isquémica. Esto significa que a mayor colesterol en sangre mayor probabilidad de tener un infarto de miocardio.
- Diferentes estudios demuestran así mismo, que se pueden evitar dichos eventos cardiovasculares (accidentes del corazón y vasos sanguíneos), disminuyendo la mortalidad, dado que contamos con medicamentos sumamente eficaces.
- La disminución del 10% en el colesterol total, disminuye un 50% la incidencia de cardiopatía isquémica a la edad de 40 años, 40% a los 50 años, 30% a los 60 años, y 20% a los 70 años. Este beneficio se puede ver en un lapso de 2 años después de la disminución de colesterol.
- Se ha comprobado que los medicamentos con los cuales contamos, promueven también la regresión de las placas de ateroma (disminuye la arterioesclerosis).
Las dislipidemias como factor de riesgo cardíaco
se deben a que el colesterol tiende a fijarse en las paredes de las arterias,
formando placas de ateroma, que las van estrechando hasta obstruirlas. Si bien
la afectación más estudiada y comentada es la de las arterias coronarias, que
lleva al infarto agudo de miocardio, en realidad esta afectación puede ocurrir
a nivel de todo el árbol arterial (cualquier arteria) y llevar a la afectación
de los más diversos órganos. La arterioesclerosis y la ateroesclerosis son
patologías (enfermedades) importantes que en los últimos años su incidencia ha
ido en aumento, a estos dos términos suelen atribuírseles diferencias, pero
éstas son básicamente semánticas (significado); así una aterosclerosis se
caracteriza por un engrosamiento de la íntima (capa interna de las arterias que
se encuentra en contacto con la sangre) y un depósito de lípidos, y es una
variante morfológica que queda bajo el término amplio de arteriosclerosis;
mientras que la arteriosclerosis significa literalmente "endurecimiento de
las arterias". Sin embargo, se refiere a un grupo de enfermedades que
tienen en común un engrosamiento de las paredes arteriales y una pérdida de su
elasticidad. La aterosclerosis es la variante más importante y frecuente de la
arteriosclerosis.
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