Panamá-Chiriquí, viernes 30 de noviembre de 2012.
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Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.
Su
cuadro clínico se clasifica:
Signo de Romaña |
- Chagoma de inoculación: Nódulo debajo de la piel con pequeños ganglios localizado en el sitio de penetración del parásito.
- Complicaciones viscerales: Se suele presentar como un cuadro grave, sobre todo en preescolares, caracterizado por fiebre de 38°C, crecimiento de hígado y bazo, aumento ganglionar generalizado al igual que la hinchazón, diarrea, signos bronquiales, crecimiento cardiaco, inflamación del cerebro y meninges.
2)
Fase Crónica: Puede aparecer muchos años después (10
a veces más) de la fase aguda, suelen presentar daños irreversibles del corazón
u otros órganos (esófago, intestinos, etc.) que se descubren por hallazgos
electrocardiográficos o radiológicos.
Sobresalen la cardiomegalia con insuficiencia cardiaca de predominio
derecho, bloqueo completo de rama derecha y hemibloqueo anterior
izquierdo. Pueden vivir muchos años
asintomáticos, o bien se hace aparente la falta de aire, palpitaciones, dolor
precordial, insuficiencia cardiaca o presentarse muerte súbita.
- Formas digestivas: Un buen número de pacientes desarrollan megaesófago (gran dilatación del esófago) y megacolon (tamaño anormalmente grande del colon). En el caso de megaesófago acarrea trastornos en la motilidad esofágica con aparición de dificultad para tragar, dolor en la región alta y media del abdomen, reflujo de alimentos hacia la boca, etc.
- Enfermedad de Chagas congénita: Cuando los parásitos sanguíneos de una madre infectada atraviesa la placenta y llega al feto, trae como consecuencia prematurez, crecimiento del hígado, crecimiento del bazo, complicaciones del músculo cardiaco y del sistema nervioso central.
Para efectuar el
diagnóstico de la enfermedad de Chagas, es importante tomar en consideración
dos aspectos fundamentales el epidemiológico y el clínico. En el primero la residencia y procedencia del
enfermo es de tomarse en cuenta, además se le interroga de posibles estancias
en zonas endémicas. El conocimiento de
los triatominos y antecedente de picadura, son importantes. La demostración del parásito se efectúa
mediante exámenes parasitológicos directos.
Los trimastigotes se encontrarán en sangre circulante, particularmente
durante la etapa aguda de la infección.
El hemocultivo se emplea con buenos resultados sobre todo en la etapa
final de la fase aguda. La inoculación
de animales de laboratorios (ratones) con sangre infectada. El xenodiagnóstico y las pruebas
inmunológicas en suero se utilizan para apoyar el diagnóstico.
Las medidas preventivas
consisten en educar a la población respecto al modo de transmisión y los
métodos de prevención. Atacar
sistemáticamente a los vectores con insecticidas de acción residual ya sea por
rociamiento o pinturas, construir o reparar viviendas eliminando los sitios
donde puedan esconderse los insectos vectores y refugiarse los animales
domésticos o salvajes que sirvan de reservorio, usar mosquiteros en casas
infestadas por el vector, y evaluar adecuadamente a los donantes de sangre y
órganos.
En caso de
diagnosticarse un paciente se debe realizar la investigación de los contactos y
fuentes de infestación (revisión de techos de paja, la ropa de cama y las
habitaciones) aplicando las medidas preventivas, examinar a todos los miembros
de la familia del enfermo y dando el tratamiento específico indicado.
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