Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 20 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 17 de marzo de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.
Gerald Reaven |
Se denomina Síndrome Metabólico (también conocido
como Síndrome X, Síndrome Plurimetabólico, Síndrome
de Insulinorresistencia o Síndrome de Reaven) a la conjunción
de varias enfermedades o
factores de riesgo en un mismo individuo
que aumentan su probabilidad de padecer una enfermedad
cardiovascular (trombosis, tromboembolia, infarto de miocardio, etc.) o diabetes
mellitus.
Hace unos 250 años, mucho antes
de que se describieran el síndrome metabólico o el síndrome de apnea
obstructiva del sueño, el médico y anatomista italiano Morgagni identificó la
asociación entre obesidad visceral (abdominal), hipertensión, aterosclerosis,
altos niveles de ácido úrico en sangre y episodios frecuentes de obstrucción
respiratoria durante el sueño. A
mediados del siglo XX, el médico francés Jean Vague fue el primero en identificar la “obesidad androide”
(adiposidad en la mitad superior del cuerpo) como la afección asociada con más
frecuencia a la diabetes y la enfermedad cardiovascular. La presencia frecuentemente simultánea de
obesidad, hiperlipidemia (elevación de lípidos o grasas en sangre), diabetes e
hipertensión se definió en un principio con el nombre de “Síndrome Plurimetabólico” en los años 60, cuando se describió el
alto riesgo de enfermedad arterial coronaria en personas con este conjunto de
anormalidades metabólicas. Para la segunda mitad de los
años 1960, Avogaro y Crepaldi
describieron a seis pacientes con signos moderados de obesidad, colesterol alto
y una marcada hipertrigliceridemia y estos signos mejoraron con una dieta baja
en calorías y baja
en carbohidratos. En 1977, Haller empleó el término “Síndrome Metabólico” para referirse a
una asociación entre obesidad, diabetes mellitus e hígado graso, describiendo
además los factores de riesgo de la arteriosclerosis. El mismo término fue usado por Singer ese año
para referirse a una combinación de síntomas tales como la obesidad, bocio,
diabetes mellitus y la hipertensión arterial. En 1977-78 Gerald B. Phillips argumentó
que los factores de riesgo subyacentes a un infarto de miocardio contribuyen
a formar una constelación de anomalías no sólo asociados con enfermedades del
corazón, sino también con la obesidad y otros factores clínicos, y que su
identificación podría prevenir enfermedades cardiovasculares. Después, en 1980, se complicaron las cosas
cuando Vague sugirió que la masa adiposa por sí misma tiene un efecto sobre el
progreso desde la obesidad hacia la diabetes.
Pero ahora sabemos que, de hecho, el exceso de grasa abdominal genera
diabetes y aterosclerosis, y que esta obesidad central afecta a la secreción de
insulina y la hormona del estrés, el cortisol.
En 1988, en su conferencia de Banting, Gerald Reaven, indicó que en un
mismo individuo, la conjunción de
alteraciones de la glucosa y del metabolismo de la insulina, la obesidad, la
dislipidemia y la hipertensión, constituían la forma de un síndrome, aplicándole
un nombre misterioso: “Síndrome X”. Reaven sugirió que la resistencia a la
insulina, con su consecuente aumento dramático de los niveles de insulina en
sangre, es el mecanismo fisiopatológico (estudio de la ciencia de las funciones
en el curso de la enfermedad y de las modificaciones que sufren a causa de
ésta) básico y la causa subyacente de esta conjunción, y representa, por sí
misma, un importante factor de riesgo cardiovascular. Ferranini y sus colegas siguieron esta idea,
coincidieron en afirmar que dicha conjunción está causada por la insensibilidad
a la insulina y, pocos años después, acuñaron el término “Síndrome de Resistencia a la Insulina”.
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