Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 34 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 23 de junio de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G
La semana pasada
presenté un resumen de los reportes epidemiológicos nacionales del 2009, además
de mencionar las características del virus y los reservorios (hombre y mosquito),
e iniciamos con los modos de transmisión; el cual concluiremos. Continuaremos con las características del
vector, el cuadro clínico del paciente con dengue y la forma de diagnosticarlo.
Aedes albopictus,
vector secundario del dengue en Asia, se ha propagado al Canadá, los Estados
Unidos y Europa debido al comercio internacional de neumáticos usados (que
proporcionan criaderos al mosquito) y el movimiento de mercancías (por ejemplo,
el bambú de la suerte). Ae. albopictus
tiene una gran capacidad de adaptación y gracias a ello puede sobrevivir en las
temperaturas más frías de Europa. Su
tolerancia a las temperaturas bajo cero, su capacidad de hibernación y su
habilidad para guarecerse (refugiarse en alguna parte para librarse de un daño
o peligro, o de las inclemencias del tiempo) en microhábitats (pequeñas zonas)
son factores que propician su propagación.
El dengue es una
enfermedad de tipo gripal (enfermedad epidémica aguda, acompañada de fiebre y
con manifestaciones variadas, especialmente catarrales) que afecta a bebés,
niños pequeños y adultos, pero raras veces resulta mortal. Se debe sospechar que una persona padece
dengue cuando una fiebre elevada (40 °C) se acompaña de dos de los síntomas
siguientes: dolor de cabeza muy intenso, dolor detrás de los globos oculares,
dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios
linfáticos o petequias (pequeña mancha en la piel formada por la efusión de
sangre, que no desaparece por la presión del dedo). Los síntomas se presentan al cabo de un
periodo de incubación de 4 a 10 días después de la picadura de un mosquito
infectado y por lo común duran entre 2 y 7 días.
El
dengue grave es una complicación potencialmente mortal
porque cursa con extravasación (salida de un líquido del vaso que lo contiene)
de plasma, acumulación de líquidos, dificultad respiratoria, hemorragias graves
o falla orgánica (cuando un órgano se hace insuficiente). Los signos que advierten de esta complicación
se presentan entre 3 y 7 días después de los primeros síntomas y se acompañan
de un descenso de la temperatura corporal (menos de 38 °C) y son los
siguientes: dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, respiración
acelerada, hemorragias de las encías, fatiga, inquietud y presencia de sangre
en el vómito. Las siguientes 24 a 48
horas de la etapa crítica pueden ser letales; hay que brindar atención médica
para evitar otras complicaciones y disminuir el riesgo de muerte.
El diagnóstico del
dengue es predominantemente clínico, pero ante la sospecha de la enfermedad
podemos apoyarnos en una biometría hemática completa que nos puede reportar una
disminución de los leucocitos (glóbulos blancos), y en esta serie, disminución de la serie
linfocítica con aumento de los granulocitos; al igual que disminución de las
plaquetas. Ante el cuadro clínico y la información orientadora de la biometría
hemática completa tenemos un caso sospechoso de dengue el cual se corrobora
solicitando una prueba sanguínea de dengue IgM siete días después del inicio
del cuadro febril. Otra orientación
importante de la biometría hemática es cuando a pacientes sospechosos de dengue
se les realiza la prueba de forma seriada y so observa un aumento progresivo
del hematocrito, este paciente debe ser vigilado estrechamente pues puede ser
un candidato a padecer de dengue grave.
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