sábado, 15 de septiembre de 2012

Estrongiloidiasis (II parte)


Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 46 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 15 de septiembre  de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.


Erupción serpiginosa migratoria
En la primera entrega de este artículo se definió brevemente esta enfermedad, se ofreció un resumen histórico, se señaló el agente infestante, su distribución geográfica, su reservorio o hospedero y su modo de transmisión.  En esta última entrega se hará referencia a su período de incubación, susceptibilidad, su cuadro clínico, diagnóstico, sus medidas preventivas y sus controles en general.
Se calcula que su período de incubación es impreciso y variable, mientras que su período de transmisibilidad puede durar hasta 35 años.  Su susceptibilidad es universal.  Se ha demostrado inmunidad adquirida en animales de laboratorios, pero no en los seres humanos.  Los pacientes de sida, cáncer o que reciben tratamiento inmunosupresor están en peligro de presentar diseminación.
Su cuadro clínico va a depender de la forma larvaria en los diferentes sitios de su migración como por los adultos en sus en su hábitat final.  El dolor abdominal, la diarrea y la urticaria son su cuadro clínico clásico.  Relativo a las manifestaciones cutáneas podemos mencionar la presencia de una reacción inflamatoria localizada frecuentemente en pliegues interdigitales o dorso de los pies constituido por una mancha, induración al tacto, ampolla que produce picazón la cual puede avanzar hasta una lesión con pus que cuando cicatriza puede producir una mancha de color diferente a la piel (sabañón).  Además puede presentarse una dermatitis fuertemente pruriginosa originada en el ano; a veces surgen induraciones estacionarias que duran uno o dos días y también erupción serpiginosa (llaga que por un extremo cicatriza y por el otro se extiende) migratoria que se desplaza varios centímetros por hora por todo el tronco.  Las manifestaciones pulmonares se caracterizan por tos, respiración ronca o silbante y algunas veces neumonitis (inflamación del pulmón o de una parte de él).  A nivel intestinal se produce una inflamación crónica por irritación de tipo mecánico (duodenitis) que desencadena dolor abdominal, por lo regular en epigastrio,  que a menudo sugiere úlcera péptica, movimientos intestinales acelerados que produce diarrea con cólicos, heces grasosas, sangre en heces ocultas o digeridas (negras) algunas veces. También pueden presentar acumulación de gases intestinales, nauseas, vómitos, dolor de cabeza, irritabilidad, perdida de peso, debilidad, estreñimiento y ataque al estado general.  Su peor complicación es la parálisis intestinal.
El diagnóstico se realiza por la identificación de larvas móviles en muestra de heces recién expulsadas y concentradas en el método de placa agar, en líquido de aspiración del duodeno y a veces en el esputo.  Las pruebas serológicas (obtenidas de sangre), basadas en los antígenos de la etapa larvaria son positivas en 80 a 85% de los pacientes infectados.
Las medidas preventivas consisten en eliminar las heces humanas por métodos sanitarios, mantener estrictamente los hábitos higiénicos (incluso el empleo de calzados en zonas endémicas), descartar el diagnóstico de estrongiloidiasis antes de aplicar el tratamiento inmunosupresor, examinar y tratar a los perros, gatos y monos que estén en contactos con personas.
Inmediatamente se diagnostique un paciente con estrongiloidiasis se deben buscar los signos de infestación entre los miembros de la familia o residentes de la misma institución, tratamiento específico (medicamentos) independiente del número de helmintos que aparezca en el reporte, y de ser necesario, repetirlo las veces que sea necesario.

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