sábado, 11 de febrero de 2012

Obesidad y sobrepeso (III parte)

Artículo publicado en el periódico El Informe de David Vol. 2 No. 15 - Edición impresa.
Panamá-Chiriquí, sábado 11 de febrero de 2012.
http://www.elinformedavid.com/
Por: Dr. Danilo Antonio Castillo G.

Un IMC (Índice de Masa Corporal) elevado es un importante factor de riesgo de enfermedades no transmisibles (no infectocontagiosas), como:
  1. Las enfermedades cardiovasculares (principalmente cardiopatía y accidente cerebrovascular), que en 2008 fueron la causa principal de defunción a nivel mundial.
  2. La diabetes.
  3. Los trastornos del aparato locomotor, en especial, la osteoartrosis; una enfermedad degenerativa de las articulaciones muy discapacitante. Las articulaciones más afectadas son las de las rodillas, cuyos desgastes producen dolor en proporción al exceso de peso de la persona, la deambulación (andar) y/o bipedestación (estar de pie) prolongada.
  4. Algunos cánceres (del endometrio, la mama y el colon).
El riesgo de contraer estas enfermedades no transmisibles crece con el aumento del IMC.
La obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Pero además de estos mayores riesgos futuros, los niños obesos sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina y efectos psicológicos.
Muchos países de ingresos bajos y medianos actualmente están afrontando una "doble carga" de morbilidad (enfermedad).

  1. Mientras continúan lidiando con los problemas de las enfermedades infecciosas y la desnutrición, estos países están experimentando un aumento brusco en los factores de riesgo de contraer enfermedades no transmisibles como la obesidad y el sobrepeso, en particular en los entornos urbanos.
  2. No es raro encontrar la desnutrición y la obesidad coexistiendo en un mismo país, una misma comunidad y un mismo hogar.
En los países de ingresos bajos y medianos, los niños son más propensos a recibir una nutrición prenatal, del lactante y del niño pequeño, insuficiente. Al mismo tiempo, están expuestos a alimentos hipercalóricos ricos en grasa, azúcar y sal; y pobres en micronutrientes, que suelen ser poco costosos. Estos hábitos alimentarios, juntamente con una escasa actividad física, tienen como resultado un crecimiento brusco de la obesidad infantil, al tiempo que los problemas de la desnutrición continúan sin resolver.
El sobrepeso y la obesidad, así como sus enfermedades no transmisibles asociadas, son en gran parte prevenibles. Para apoyar a las personas en el proceso de realizar elecciones, de modo que la opción más sencilla sea la más saludable en materia de alimentos y actividad física periódica, y en consecuencia prevenir la obesidad;  individualmente pueden:

  1. Limitar la ingesta energética procedente de la cantidad de grasa total.
  2. Aumentar el consumo de frutas y verduras, así como de legumbres, cereales integrales y frutos secos.
  3. Limitar la ingesta de azúcares.
  4. Realizar una actividad física periódica.
  5. Lograr un equilibrio energético y un peso normal.
La responsabilidad individual solamente puede tener pleno efecto cuando las personas tienen acceso a un modo de vida saludable. Por consiguiente, a nivel social es importante:


1. Dar apoyo a las personas en el cumplimiento de las recomendaciones mencionadas más arriba, mediante un compromiso, de  políticas en salud sostenida y la colaboración de las múltiples partes interesadas públicas y privadas; priorizando actividades como:
    • Reparación de parques municipales con iluminación, instalación de fuentes de agua y vigilancia por parte de la seguridad pública.
    •  Construcción de centros de recreación en cada corregimiento.
    •  Manejo integral, en salud, con todo el recurso humano especializado necesario  y crear el programa de sobrepeso y obesidad en los centros de atención primaria (Ministerio de Salud y Caja de Seguro Social).  
2.  Lograr que la actividad física periódica y los hábitos alimentarios más saludables sean económicamente conseguibles y fácilmente accesibles para todos, en particular las personas más pobres.

La industria alimentaria puede desempeñar una función importante en la promoción de una alimentación saludable:

  1. Reduciendo el contenido de grasa, azúcar y sal de los alimentos elaborados.
  2. Asegurando que todos los consumidores puedan acceder física y económicamente a unos alimentos sanos y nutritivos.
  3. Poner en práctica una comercialización responsable.
  4. Asegurar la disponibilidad de alimentos sanos y apoyar la práctica de una actividad física periódica en el lugar de trabajo.

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